Demos gracias al Señor, que dirige y guía con amor a su pueblo, y digámosle:
Gloria a ti, Señor, por los siglos.
- - Padre clementísimo, te alabamos por tu amor,
porque de manera admirable nos creaste, y más admirablemente aún nos redimiste. - - Al comenzar este nuevo día, pon en nuestros corazones el anhelo de servirte,
para que te glorifiquemos en todos nuestros pensamientos y acciones. - - Purifica nuestros corazones de todo mal deseo,
y haz que estemos siempre atentos a tu voluntad. - - Danos un corazón abierto a las necesidades de nuestros hermanos,
para que a nadie falte la ayuda de nuestro amor.
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